TEMA 2 LA VERDAD ES RELATIVA

 

LA VERDAD ES RELATIVA

 

INTRODUCCIÓN 

Los seres humanos vivimos en dos mundos. Por un lado, está el mundo físico que contiene una serie de elementos y fenómenos sobre los que probablemente todos estamos de acuerdo, porque vemos más o menos lo mismo. Por ejemplo, no se discute el hecho de que las piedras son duras, el agua moja, el fuego quema, los árboles dan frutos, los tigres tienen dientes afilados… Pero también está el mundo de la verdad relativa. Ese mundo mental de las ideas, los constructos, los mitos, los patrones, las creencias y las reglas que hemos desarrollado y transmitido de generación en generación a lo largo de miles de años. Ese mundo es el que nos interesa desde la teoría del observador, que se está desarrollando en este módulo, y que conforman los espacios culturales. 

 

En dichos espacios las creencias predominantes se incrustan en nuestro cerebro y nos hacen pensar que “el mundo es como es”. Es decir que lo que observamos corresponde a “verdades incuestionables”.

 

 

PROPÓSITO

 

El propósito de este tema es valorar los criterios que nos permiten tomar decisiones, durante la gestión de HSEQ, por fuera del modo como hemos pensado tradicionalmente el concepto de verdad.

VIVIMOS EN MUNDOS INTERPRETATIVOS 

Los constructos mentales son opiniones mayoritariamente aceptadas por la cultura en la que crecimos, pero que también se pueden cambiar, re articular o expandirse, si son revisadas a conciencia.

Aceptar que vivimos en mundos interpretativos pone en cuestión el modo como hemos pensado tradicionalmente el concepto de verdad.

La cultura previa a Colón vivió bajo la certeza de la planitud de la tierra; el mundo medieval vivió pensando que la tierra era el centro del universo; los griegos vivieron creyendo que el mundo se regía por la voluntad y deseo de los dioses. Hace unos siglos atrás, los médicos pensaban que las enfermedades estaban en la sangre… Cada una de estas “verdades”, generaba narrativas, emociones y acciones diferentes. 

Si dejamos de lado el criterio tradicional de verdad, entonces ¿qué criterio usar para evaluar o decidir entre diversas interpretaciones? Mas adelante encontrarás la respuesta. Por ahora se dirá que la cultura en sí misma es evolución y flujo constante. Así como el agua hay que dejarla que fluya y evolucione. Cuando se estanca, al igual que el agua, puede ser tóxica. Hay que apreciar y comprender nuestra cultura, pero también dejarla fluir.

 

 

 

LA SUBJETIVIDAD DE LAS EXPLICACIONES 

 

Muchas veces se piensa que una explicación es una verdad objetiva. Pero la explicación es una interpretación, la respuesta de un observador particular cuando se enfrenta a una experiencia o a una situación determinada. En el ejemplo que se muestra en el dibujo, la percepción cambia según desde donde se observe.

 

Durante las interacciones con frecuencia creemos que lo que interpretamos es “la verdad”, un reflejo objetivo de la realidad. Esta ilusión es causa de enormes sufrimientos y poca efectividad en la gestión. Como dice Kofman “la pretensión arrogante de considerarse el dueño de la verdad es la principal barrera a la comunicación respetuosa y a la interacción efectiva”.  Cuando abrimos nuestro pensamiento a la mirada del otro es necesaria una cuota de humildad.

 

NO HAY TEXTO SIN CONTEXTO  

 

A continuación encontrarás una historia, para que reflexiones sobre la importancia que tiene el contexto, para darle significado al texto. 

 

 

 

Los paradigmas o modelos mentales son como mapas. Todos sabemos que “el mapa no es el territorio”. Un mapa es sólo una explicación de ciertos aspectos de un territorio. Y a la inversa: una explicación es uno de los muchos mapas que existen. No se podría decir cuál mapa es mejor sin conocer el contexto de aplicación. Si piensa navegar, el hidográfico le será más útil, pero si piensa escalar, el topográfico será el mejor. Hoy contamos con el Sistema de Posicionamiento Global (GPS por sus siglas en inglés) que es de gran utilidad si no sabemos cómo dirigirnos al lugar de destino.

 

Un número cualquiera como, por ejemplo, 5´750.000, no significa mucho en sí mismo. Pero adquiere significado para alguien que recibe esa suma mensualmente en la cuenta del banco. Sin embargo, el significado será diferente si esa suma aparece en las cuentas por pagar de una persona, o en un censo de población. En estas situaciones el número sigue siendo el mismo, pero el contexto, en el cual adquiere sentido, es radicalmente distinto. El contexto influye de forma importante en lo que interpretamos y el significado que damos.

 

Se pueden distinguir dos tipos de contextos: el contexto cultural (modelos mentales colectivos) y el contexto mental (modelos mentales individuales). El contexto cultural es el mundo de las interpretaciones, creencias y prácticas aceptadas, y compartidas que tienen que ver con la situación que se está observando. El contexto mental es el conjunto de creencias, supuestos, juicios, reglas de razonamiento, etc., que llevan a un individuo a hacer una determinada interpretación de lo observado. Si se toma nuevamente el ejemplo del número como salario, el contexto cultural corresponde a lo que se considera justo y está alineado con los valores de la organización. En el contexto mental de un individuo, ese número podría tener un significado muy diferente, según sea la satisfacción que dicho individuo tenga con su tarea, la carga percibida de trabajo, las responsabilidades, etc.

 

En la actividad empresarial, un pedido como, por ejemplo, “pásame los indicadores de accidentalidad lo antes posible”, se le da diferente sentido si quién lo solicita es el jefe, un colega, el presidente del sindicato o el presidente de la compañía. Las palabras son las mismas, pero el contexto y, por lo tanto, el sentido que le damos es radicalmente diferente. No hay un significado que sea correcto fuera de un contexto específico. 

 

En los mundos interpretativos que vivimos se podría decir que nada es verdad, nada es mentira, todo depende del punto de vista con el que se mira y del contexto en el que se opera. 

 

EL CARÁCTER PROVISIONAL DE LAS "VERDADES"

 

La ciencia puede reivindicar “verdades”, pero nadie nos ha demostrado mejor que la misma ciencia, el carácter provisional de sus conclusiones. Tales “verdades” son válidas hasta que el propio desarrollo científico demuestra lo contrario. Ninguna lleva un sello de garantía, su vigencia no está asegurada para siempre.

Cada vez que creemos haber alcanzado la verdad, bajamos la guardia y disminuimos el interés por examinar otras alternativas, lo que termina limitando

nuestra capacidad de creación e innovación, tan necesaria en los actuales entornos.

 

Hasta hace solo unas décadas, en HSEQ existía una interpretación que a criterio de los ingenieros era “verdadera”: los mejores resultados en cuando a incidentes y accidentes se logran con las intervenciones en la fuente del riesgo. Esto fue así, hasta que emergió una interpretación diferente, que demostró ser más eficaz y por tanto más poderosa. Se trató de una visión de la seguridad que puso el foco en el comportamiento humano. Y fue más poderosa no a partir de invalidar las acciones de ingeniería, sino por su capacidad de integrar ambas perspectivas. Luego, apareció una interpretación que está demostrando ser más poderosa que las anteriores, y es la que pone el foco en la cultura, pero sin perder de vista la ingeniería y el comportamiento.

 

Nuestra observación es más poderosa en la medida que integra diferentes dominios de la realidad y nos ofrece diversos caminos para la acción. Mientras más posibilidades de acción se nos abren, mayor capacidad de liderazgo tenemos. 

 

 

 

En la siguiente presentación encontrarás una explicación sobre qué criterios nos pueden guiar cuando necesitamos tomar decisiones dentro de los equipos de trabajo, sabiendo que cada quién hace una interpretación diferente de la realidad.

 


 

 

Así como un “buen” mapa permite, a quien lo usa, trasladarse por el territorio para llegar a su destino, una buena explicación permite, a quién la usa, afrontar el problema con efectividad, cuidando las relaciones. 

 

LO BUENO NO SE PUEDE IGUALAR CON LA VERDAD. Una “buena explicación” no es buena porque coincide con una realidad exterior, lo es porque funciona de acuerdo con la visión o los objetivos que se buscan en un contexto dado y, además, es repetuosa.

 

 

 

 

 

CONCLUSIÓN

 

Se ha dicho que no es posible hablar de “verdades objetivas”, entonces ¿se puede inferir que todo es subjetivo? Como bien lo explica Echeverría, “no se niega la existencia de una realidad objetiva. Sólo se niega la posibilidad de un conocimiento objetivo de esa realidad, de un conocimiento que sea independiente del observador que la observa”.

 Los seres humanos dada nuestra biología y la historia personal, familiar y socio-cultural, solo podemos hacer interpretaciones de lo que observamos. Por lo tanto, es de gran relevancia aprender a elegir entre las diferentes interpretaciones que pueden surgir en relación con una situación en particular. Tal elección está basada en su poder de acción, bienestar y respeto que nos ofrece. Aprender a observar dichos criterios en las diferentes interpretaciones que surgen de cara a una realidad, es una gran oportunidad de transformación personal, profesional y de liderazgo dentro de una organización.

 

 

 

 

ACTIVIDAD 2.  La verdad es relativa. 

Te  invitamos a desarrollar la actividad 2. 

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