LAS ACCIONES DEL HABLA
-PARTE 1-
INTRODUCCIÓN
Como recordarás en uno de los módulos anteriores se habló de la relevancia que tiene el lenguaje en nuestra vida, Sin él no existiría ese mundo que llamamos cultura y no podríamos observar las realidades y darle un sentido a eso que observamos. También se dijo que lo que decimos genera un efecto diferente en el oyente como producto de la fuerza y tonalidad de las palabras. Pero hay algo más en las palabras del hablante que, de igual manera, genera un efecto diferente en quien escucha. Se trata de las acciones que están involucradas en lo que decimos: ¿estamos pidiendo algo, ofreciendo, declarando, prometiendo, evaluando, reclamando, afirmando, preguntando, etc.
Las acciones del habla son tan “obvias” que las pasamos desapercibidas, sin percatarnos de lo que estas implican. Sin embargo, cada una de ellas tiene una intencionalidad específica que es necesario distinguir para que nuestras conversaciones sean más productivas. Cuando logramos hacer tales distinciones, se dice que somos competentes en la forma como conversamos.
Hoy las empresas en general privilegian el trabajo en equipo, pero no se han dado cuenta que son incompetentes para coordinar acciones y comprometerse.
Desarrollar un conjunto de competencias conversacionales que posibilita la coordinación efectiva de acciones, incrementa la confianza y logra que los equipos de trabajo sean mas conscientes de los compromisos que adquieren cuando conversan.
QUE SIGNIFICA CONVERSAR
Según el Diccionario Etimológico Español en Línea (DEEL), conversar es una palabra que viene del latín conversatio y está formada del prefijo “con” (unión, colaboración), el verbo “versare” (dar vueltas en compañía) y el sufijo “tio” (acción y efecto). Por lo tanto, conversar, desde su origen etimológico, es la acción y efecto de unirnos a dar vueltas.
Desde el enfoque ontológico, conversar tiene un enfoque soportado en las mismas raíces etimológicas. Según Rafael Echeverría, el autor del libro Ontología del lenguaje, el proceso de conversar es una danza entre el hablar y el escuchar, y entre el escuchar y el hablar. En esta danza interactiva se coordinan acciones y también posibilidades que generan nuevas realidades.
LA CONVERSACIÓN ES ACCIÓN
John L. Austin fue un filósofo inglés que en los años 60 desarrolló el primer esbozo de una teoría de actos de habla. En su libro “Cómo hacer cosas con palabras”, su obra más influyente, este filósofo sostenía que el lenguaje no podía ser bien comprendido si no se lo entendía como una forma de acción. Muchas cosas no pasarían si no fuéramos competentes al conversar.
Cuando conversamos no lo hacemos únicamente para “aportar información” o describir cosas. También hacemos que las cosas sucedan. Cuando hablamos lo hacemos para co crear nuevas realidades, enriquecer las relaciones, crear espacios de confianza, abrir posibilidades, crear nuevos productos, etc. Por lo tanto, la manera como una organización conversa condiciona el nivel de efectividad y bienestar que alcanza.
En este sentido la conversación va más allá de una simple comunicación, porque cuando conversamos nos embarcamos en ciertas actividades que comenzaron en el pasado tomando acción en el presente, para producir cierto resultado en el futuro.
CARACTERÍSTICAS DE LAS COMPETENCIAS CONVERSACIONALES
Según Rafael Echeverría, las competencias conversacionales tiene las siguientes características:
Tomado de: Echeverría R. La distinción de competencias conversacionales. Biblioteca FICOP [Internet] 2017.
Recuperado de http://www.ficop.org/bibliotecaficop/130-la-distincion-de-competencias-conversacionales
ACCIONES DEL HABLA -PRIMERA PARTE-
En las conversaciones que hacemos, habitualmente, estamos afirmando, juzgando, declarando, ofertando, pidiendo, reclamando… pero en realidad
Estas preguntas se espera que las logres resolver en lo que resta de este módulo.
Como te habrás podido dar cuenta, por lo dicho en los temas anteriores, el pilar fundamental a desarrollar como competencia conversacional es la “escucha”, desde la cual podemos distinguir los elementos que constituyen las conversaciones. Pero como la escucha ya ha sido abordada ampliamente en temas anteriores, en esta primera parte el foco estará puesto en tres acciones del habla: las afirmaciones, los juicios y las declaraciones. En el tema 3 se abordarán los pedidos, las ofertas, las promesas, los compromisos, los reclamos y las disculpas.
AFIRMACIONES
Las afirmaciones son actos del habla con los que expresamos un hecho, dado que podemos dar evidencias de lo que decimos. Estas evidencias pueden ser verdaderas o falsas de acuerdo con el contexto social en el que participamos.
Por lo tanto, quien hace una afirmación, está describiendo una realidad y, al hacerlo, se compromete con la veracidad de su afirmación. Es decir, puede dar evidencias al respecto. La veracidad de lo informado es un compromiso social que asumimos frente a la comunidad o grupo humano que nos escucha. Es un compromiso que nos hace responsables de lo que afirmamos.
A continuación te presentamos algunos ejemplos de afirmaciones.
JUICIOS
Los juicios no son buenos ni malos, son herramientas de la conversación que si se formulan correctamente se convierten en recursos valiosos para ser más influyentes y convincentes con lo que decimos.
Un gran número de malentendidos y conflictos en las organizaciones y en la vida en general, provienen de no tener la distinción entre juicios (mi interpretación) y afirmaciones (los hechos). Culturalmente hemos creído que lo que vemos o escuchamos es la realidad. La historia de una persona, un país, un continente, es una narrativa compuesta de afirmaciones y juicios. Los hechos (personas, fechas, lugares…) son afirmaciones. Todo lo demás son juicios. No existe una historia narrada tal cual sucedió.
A continuación se retoman los ejemplos anteriores para hacer la distinción entre juicios y afirmaciones
Nunca un juicio puede ser verdadero o falso, porque a diferencia de las afirmaciones no describe un hecho, sino que lo interpreta, lo valora. Por lo tanto, lo que sí se puede esperar de alguien que hace un juicio es que lo fundamente, en los casos que sea relevante hacerlo.
Por ejemplo, Antonio y Susana, están haciendo juicios sobre la comodidad de una silla. Hay diferencias de opinión al respecto entre ellos. Sin embargo, estas diferencias son irrelevantes y no requiere de afirmaciones para fundamentarlas, si ellos están dialogando, mientras se toman un café, en un encuentro informal. Pero sería diferente si Antonio fuera el jefe de Seguridad y Salud en el Trabajo, y sus comentarios al respecto tuvieran que ver con la tarea de decidir una compra de 200 sillas para la empresa en la que trabaja. En este caso sus juicios sobre la ergonomía de la silla son muy importantes en la decisión que se tome (esa es una responsabilidad propia de su rol), y en este caso el uso de afirmaciones relacionadas, por ejemplo, con la altura y grado de inclinación del espaldar, profundidad del asiento, mecanismo para graduar la altura de la silla, etc., sería totalmente indispensables.
Como consecuencia un líder tiene un gran compromiso social con los juicios que hace para que pueda ser creíble y confiable a la hora de hacerlos. Este compromiso es SU FUNDAMENTACIÓN. De igual manera fundamentar los juicios es un acto de responsabilidad cuando estos se hacen a personas.
Lectura: En el libro sobre “Conversaciones del líder consciente…” encontrarás algo más sobre las afirmaciones, juicios y declaraciones (Capítulo 4, páginas 83-89). Tambien verás una guía para hacer juicios de forma responsable.
LOS JUICIOS Y LAS RELACIONES
Marcos un compañero de trabajo de Julia, le hace un juicio en relación con su forma de hablar, Julia le dice: “esa es tu apreciación personal, puede ser fundada o no, pero yo no te he dado autoridad para que me hagas ese comentario”. Es Julia la que determina la validez del juicio que le hace Marcos. Distintos observadores pueden tener opiniones diferentes acerca de la manera como habla Julia y su validez depende de la autoridad que le damos a la persona que los emite.
Un factor importante que marca nuestra identidad personal es saber escuchar los juicios sin darle un carácter de verdad absoluta. Ello nos permite comprender el mundo de quién habla sin importar si estamos o no de acuerdo con él.
Por ejemplo, si Juan recibe un juicio por parte de su jefe acerca de su desempeño deficiente, lo más probable es que Juan se interese por preguntar en que lo fundamenta y se disponga a hacer cosas para mejorar, siempre y cuando a este jefe le conceda autoridad porque es una persona íntegra. Pero si el mismo juicio lo recibe de un compañero o de su propio jefe con dudoso comportamiento, es probable que se enoje y no quiera escucharlo. Un mismo juicio hecho por diferentes personas genera diferentes reacciones en quién lo escucha, porque la autoridad es un poder concedido.
Por último, los juicios los hacemos para algo, y ese algo se relaciona con acciones que queremos que pasen o que consideramos necesarias en un contexto dado. Por ejemplo, Lucia, en su conversación personal, hace un juicio sobre Roberto su jefe: “yo pienso que Roberto es incongruente entre lo que dice y hace”. Lucia fundamenta este juicio en lo siguiente: “durante el último año, a partir del plan estratégico, solo 1 de las 5 declaraciones que hizo la está trabajando. Las cuatro restantes las ha dejado en el olvido. Y eso me preocupa porque siento que mi trabajo, relacionado con una de las estrategias, no está agregando valor”.
Como te darás cuenta, cuando Lucia hace el juicio tiene un porqué -hechos demostrables del pasado- y un para qué -necesidad de que algo diferente ocurra a futuro con su trabajo-. De no ser así estaría siendo totalmente irresponsable con lo que está opinando. El siguiente cuento ilustra, de alguna manera, cuando es útil un juicio y cuándo no.
DECLARACIONES
Una de las acciones del habla con gran poder para los líderes es hacer declaraciones válidas y que se puedan cumplir. Al declarar se genera un compromiso con hacer realidad lo declarado. Es decir, con ser coherente con sus acciones. Según sea la posición que se ocupa en una empresa, resulta más relevante para su trabajo hacer declaraciones y con ellas cambiar realidades. Por ejemplo: un presidente de una compañía declara que hay que despedir al 10% del personal. Otro declara que se fundará una nueva empresa. Ambas declaraciones cambian realidades para muchos de forma negativa o positiva.
Con las declaraciones cambiamos las realidades siempre y cuando quien declara tenga el poder en ese dominio para producir las acciones correspondientes. Cuando declaras algo te comprometes con hacer realidad lo que dices. Tu comportamiento debe ser coherente con lo declarado.
Hay dos tipos de declaraciones: las personales y las públicas. Ejemplos de cada una de ellas se muestran a continuación:
Las declaraciones también nos abren o nos cierran posibilidades en un contexto dado. Cuando, por ejemplo, se declara una visión, se abren posibilidades que antes no existían. También una declaración puede cerrar posibilidades como, por ejemplo, cuando el presidente de una compañía dice: “el presupuesto previsto para este año hay que recortarlo a la mitad”.
Con las declaraciones hay un “antes” y un “después”, hay un cambio en la realidad futura de las partes involucradas. Por lo tanto, asumimos un compromiso social, y por eso debemos tener autoridad para garantizar su cumplimiento.
¿Y de dónde proviene la autoridad?
En las declaraciones púbicas la autoridad es el poder que nos confiere la sociedad, la comunidad o la organización a la que pertenecemos y que nos permite realizar declaraciones válidas dentro del contexto en el que operamos.
En las declaraciones personales la autoridad proviene de nuestro poder personal. Estas inciden directamente en nuestro propio diseño como seres humanos y comprometen, en mayor o en menor medida, nuestra integridad. El uso que le das a estas declaraciones dice mucho de la manera como te relacionas contigo mismo y con los demás. También tienen que ver con tu autoestima, autoconfianza y auto respeto. – Recuerda que en otro módulo hiciste una encuesta sobre estas tres dimensiones del poder personal.
Dada la importancia de este tipo de declaraciones, en la siguiente presentación se explican brevemente las que se consideran más importantes desde la perspectiva de nuestro poder personal.
CONCLUSIONES
Las competencias conversacionales apelan a utilizar el lenguaje con más precisión, para no dar cabida a interpretaciones que generen discrepancias innecesarias entre los que participan del proceso de interacción. Además, son competencias que nos permiten cocrear una cultura de alta confianza para coordinar acciones con otros, desde la liviandad y agilidad, y ser más efectivos, y creativos en lo que hacemos.
En este tema se expusieron tres competencias del habla: las afirmaciones, los juicios y las declaraciones. Con cada una de ella puedes construir o destruir la confianza que otros ponen en ti, si al conversar eres responsable o irresponsable con lo que dices. La responsabilidad conlleva comprometerse con algo. Así, por ejemplo, cuando haces una afirmación el compromiso es presentar evidencias; cuando haces un juicio, el compromiso es fundamentarlo con afirmaciones y cuando haces una declaración, el compromiso es cumplir con lo declarado. Ser responsables con lo que dices es especialmente relevante en los roles de liderazgo y en todas aquellas situaciones donde la confianza es clave para coordinar acciones con otros.
ACTIVIDAD 2. LAS ACCIONES DEL HABLA
Te invitamos a desarrollar la actividad 2. Te recordamos diligenciar totalmente tu Bitácora personal y al guardar el archivo, nombralo con tu nombre y apellido.