LA COMUNICACION ES SISTEMICA Y NO LINEAL
INTRODUCCIÓN
Como te pudiste dar cuenta por lo aprendido en el módulo anterior, el poder en el mundo actual está ligado a la “capacidad de elegir” y también a la “capacidad de generar acción”, para que las realidades cambien de acuerdo con la visión de futuro posible. Sin embargo, hay otro elemento que está ligado al poder que tiene un líder. Se trata de la habilidad para generar “relaciones de calidad”, más que la transmisión y aplicación de conocimientos, porque estos están a nuestra disposición a costo cero.
En este tema se abordará la comunicación como un proceso de interacciones que van más allá de entregar una buena información o conocimiento. Es una visión de la comunicación mucho más amplia y compleja que se constituye en el fundamento de toda actividad humana. Es un modelo de comunicación basada en el diálogo y las conversaciones productivas que aboga por una interacción franca, abierta y libre, y posibilita el proceso de aprendizaje mutuo.
Lo que exponemos en este tema y en los siguientes está basado en los estudios de la Escuela de Palo Alto (California), en las teorías de Jean Cloutier y, especialmente, en el enfoque ontológico del lenguaje.
Valorar la comunicación desde un enfoque sistémico que pone la atención en la interacción humana basada en la escucha, de tal manera que cuando hablen con otros, promuevan entendimientos y aprendizajes compartidos.
MODELO ORQUESTAL DE LA COMUNICACIÓN
Desde de la década de los 70, gracias a los aportes de muchos investigadores, se viene dejando atrás el paradigma de la comunicación basado en las máquinas, que se fundamenta en la transmisión lineal de información (emisor-mensaje-receptor) y que la Escuela de Palo Alto, ha llamado “modelo telegráfico”, porque comunicar, desde dicho modelo, se refiere a transmitir y descifrar información a partir de un código dado. Por oposición a este modelo lineal y unidireccional, dicha Escuela ha llamado a este nuevo enfoque “modelo orquestal de la comunicación”. Al hacer uso de esta bella analogía resalta el carácter sistémico de la misma y pone el foco en la interacción.
Desde el enfoque sistémico, la comunicación es un proceso bidireccional e incluso multidireccional, mediante el cual el hablante y el oyente intercambian significados y aprenden entre sí. En este proceso ambos son sujetos activos, exponen sus puntos de vista desde su propio observador y escuchan los puntos de vista desde el observador que es el otro.
En la siguiente presentación se hace un breve comparativo de estos dos modelos de comunicación.
LO ORQUESTAL ES SISTÉMICO
La comunicación sistémica es un proceso intersubjetivo y dinámico, que conlleva interactuar unos con otros de manera abierta y saludable, como lo hacen los miembros de una orquesta, sin pretender que su partitura es la única.
Cada uno de estos individuos, es hábil al tocar su propio instrumento de acuerdo con la partitura. Pero ello no significa que dejen de escuchar el resto de los acordes y pierdan de vista al director. Por su lado los miembros de un equipo de líderes tienen sus propias especialidades de acuerdo con los procesos que manejan, pero también deben escuchar lo que pasa en los otros procesos en el marco de la visión y los objetivos del sistema.
A su vez el director de la orquesta debe saber en qué momento poner el énfasis en la técnica y en que otro momento poner el énfasis en lo relacional y emocional. Si esto no ocurre en los tiempos establecidos se pierde la armonía y la belleza de la composición. Esto mismo le pasa al líder con sus pares y con su equipo de colaboradores: debe estar atento a los asuntos técnicos del proceso, sin perder de vista lo relacional y emocional.
Una orquesta para ser efectiva, al igual que los equipos de trabajo, necesita de una alta conectividad y mutua resonancia.
DOS POSTURAS AL ESCUCHAR
Se ha dicho que en el modelo lineal de la comunicación uno de los participantes tiene un rol activo y el otro pasivo. Es una dinámica relacional que ocurre en la imposición, la desconfianza y el miedo. En contraposición, en el modelo sistémico todos los participantes tienen la posibilidad de ser sujetos activos del proceso de comunicación. Su dinámica relacional ocurre en la confianza y la curiosidad, donde unos aprenden de otros. A continuación se hace un comparativo de los modos de escuchar que se genera según sea el modelo de comunicación.
Desde el enfoque lineal de la comunicación escuchamos si lo dicho por alguien coincide con lo que sabemos. Esto pasa porque nos han enseñado a tener todas las respuestas y por ello hemos pretendido en algún momento imponer nuestra opinión que consideramos “la correcta” y pasar por alto las preguntas. Este tipo de comunicación ocurre en un contexto emocional de certidumbre.
Desde el enfoque sistémico de la comunicación escuchamos para saber desde dónde el otro dice lo que dice. En este contexto la discrepancia es un aporte y no una barrera. Frente a ella hacemos muchas preguntas que abren espacios de conversación reflexiva y colaborativa, y nos permiten encontrar intereses comunes sobre los cuales cocrear. Es un danzar juntos desde el respeto, para ampliar la mirada, resolver inquietudes o cocrear una solución.
Por todo lo anterior, la postura 2 de la escucha se logra con aprendizajes de segundo y tercer orden. Estos aprendizajes demandan un estado de centramiento y apertura, para soltar las certezas y darnos el permiso de considerar otras perspectivas. En otras palabras, para escuchar con apertura y respeto por el otro, necesitamos de un cambio en nuestro observador y de mucha práctica para que las nuevas habilidades se incorporen y formen parte de nuestro modo de conversar.
Este tipo de aprendizaje es urgente si queremos comunicarnos de una forma más humana, porque generalmente nuestro diálogo interno “entumece” nuestra conciencia y genera ceguera a todo aquello que no coincide con nuestra manera de pensar. A esto se le ha llamado “efecto paradigma”. Lo que no resuena con lo que conocemos, el cerebro lo pasa desapercibido o lo acomoda a nuestra particular manera de observar, como se vio en el módulo de los modelos mentales.
DE LA ESCUCHA ATENTA A LA EMPÁTICA
Para que un proceso de comunicación sea efectivo, no basta con escuchar de forma atenta, como cuando dejamos que el otro exprese su perspectiva, para luego decirle que está equivocado. En este caso estaríamos escuchando desde la tolerancia o la paciencia y no desde el respeto por el otro. Escuchar desde la apertura y el respeto significa que ponemos en off las conversaciones internas para que el otro aparezca como un legítimo otro que piensa de forma diferente porque sus narrativas y prácticas personales, familiares, sociales y culturales son distintas a las mías.
En la escucha empática conversamos para encontrar el valor de lo que el otro dice, conectarnos con su inquietud, preguntar con curiosidad, enriquecer nuestra mirada, proponer con humildad y aprender juntos.
ESCUCHAMOS NO SOLO PALABRAS
En cualquier interacción, los comportamientos del hablante o del oyente siempre comunican algo. Lo que se dice, el cómo se dice, los silencios, los gestos, las posturas, el ritmo… influyen sobre el otro, quien, a su vez, no puede dejar de responder a esos mensajes verbales y no verbales. Por ejemplo, Rosario le dice a Julia su compañera de trabajo: “¿te parece si nos reunimos mañana para revisar los informes?” a lo que Julia responde con un tono de voz de molestia: “mañana no tengo tiempo”. Entonces, ¿qué puede interpretar Rosario? Lo más probable es que interprete que Julia no está interesada en esta reunión, aunque las palabras fueron otras.
La escucha, más que un acto automático de registrar lo que se dice, es un acto interpretativo mediante el cual conferimos un sentido particular a dichas palabras. Y es en el entrelazamiento de sentires, emociones y palabras, que la conversación va tomando uno u otro rumbo.
También en los procesos de interacción escuchamos los contextos dónde estos tienen lugar. Por ejemplo, no es lo mismo decir: “me das la carta por favor”, cuando estoy en un restaurante, cuando soy el capitán de un barco, cuando ha llegado la correspondencia o cuando estoy jugando naipes… Las palabras son las mismas, pero el significado es totalmente diferente según el contexto. Como ya se dijo en un módulo anterior “no hay texto sin contexto”.
QUE HACE QUE ESCUCHEMOS
Escuchamos al otro cuando lo respetamos y legitimamos. Es decir, cuando lo aceptamos como un ser diferente, que tiene una historia personal, familiar y cultural que nos hace únicos e irrepetibles. Por el contrario, no escuchamos cuando no dejamos que el otro aparezca en la conversación. Y ¿que hace que no veamos al otro como un legítimo otro en la diferencia? Algunos factores son, por ejemplo, sentirnos superiores por sexo, raza, religión, poder…; vivir en la certeza de tener la razón y no considerar que cada ser humano está en capacidad de hacer elecciones responsables.
Solo cuando respetamos y legitimamos al otro, podemos abrirnos a sus opiniones, sentimientos y necesidades. La apertura es suspender nuestros supuestos, no solo controlar la lengua, va más allá de ser tolerantes, como se ha dicho en varias ocasiones.
Tomado de: https://www.entrenatuvida.wordpress.com y https://www.pinterest.es
ARMONIZAR EL INDAGAR CON EL PROPONER
En las conversaciones entre los integrantes de un equipo de trabajo, es necesario que siempre esté presente el “proponer” y el “indagar”. La indagación se relaciona con una pregunta que tiene por objetivo explorar y examinar una posición. Está asociada al interés por conocer más acerca del punto de vista del otro y buscar puntos en común para cocrear algo. La proposición tiene como objetivo mostrar nuestra manera particular de pensar.
Culturalmente estamos más acostumbrados a proponer que a indagar. Si observas lo que pasa en los equipos donde participas, te darán cuenta de que con más frecuencia están proponiendo y con menos frecuencia están indagando. Generalmente cuando proponen lo hacen con el ánimo de persuadir o convencer. De acuerdo con las investigaciones que ha hecho un psicólogo/matemático llamado Marcial Losada, de la Universidad de Michigan, una de las características de los equipos de alto desempeño, es que han aprendido a armonizar la persuasión con la indagación. Es decir, saben abogar por su propio punto de vista e interesarse por el punto de vista de los demás.
LA BRECHA INEVITABLE DE LA ESCUCHA
Nosotros somos responsables de lo que decimos, pero no de lo que el otro escucha. Esto pasa porque cada oyente le da un sentido diferente a lo que dice el hablante. Nuestro escuchar depende mucho de las conversaciones internas que tenemos mientras escuchamos. Entonces, entre las palabras que usa el hablante y lo que el oyente interpreta siempre existe una brecha de la cual nos tenemos que hacer cargo. Es nuestra responsabilidad cuidarla y tomar acciones para que la brecha no se agrande y el proceso de comunicación sea un fracaso.
Algunas de las herramientas básicas para reducir la brecha son: verificar lo escuchado, compartir inquietudes y preguntar. Estas herramientas se explican brevemente en la siguiente presentación. Además, te sugerimos leer el artículo “La brecha inevitable de la escucha”, donde se profundiza un poco más en estos conceptos”.
CONCLUSIÓN
La comunicación es un fenómeno relacional, es una consecuencia del convivir humano y no un instrumento para pasar información de una mente a otra. Según sea la calidad de nuestras interacciones será el tamaño de los resultados que queremos y la salud del clima psicosocial en el que operamos.
Dejamos atrás el paradigma de la comunicación basado en las máquinas, que se fundamenta en la transmisión lineal de información. Desde el enfoque sistémico de la comunicación, la relación alude a los otros, pero también tiene que ver con la forma como nos relacionamos con nosotros mismos y con el entorno, como se ha venido diciendo a lo largo de este programa.
Si la comunicación humana reside en procesos de relación e interacción, dichos procesos se soportan en un tipo de escucha que va más allá de comprender lo que se comunica y nos conecta con las inquietudes y sentimientos del oyente, y con nuestros propios pensamientos y sentimientos. En este sentido la comunicación es un fenómeno complejo de mutua influencia, donde el hablante y el oyente son sujetos activos del proceso, que intercambian significados, se hacen cargo de cerrar la brecha que se genera al escuchar, logran entendimientos y cocrean nuevas realidades.
ACTIVIDAD 1. LA COMUNICACION ES SISTEMICA Y NO LINEAL
Te invitamos a desarrollar la actividad 1 y a leer el siguiente articulo:
Te recordamos diligenciar totalmente tu Bitacora personal y al guardar el archivo, nombralo con tu nombre y apellido.