TEMA 1. EL OBSERVADOR QUE SOMOS

EL OBSERVADOR QUE SOMOS 

 

INTRODUCCIÓN

 

 

De alguna manera los seres humanos creemos que la forma como vemos las cosas corresponde a cómo las cosas son. Damos por sentado que podemos percibir el mundo sin mayores filtros. Sin embargo, nuestra propia biología, las experiencias personales, el lenguaje, la familia, la educación y la cultura donde hemos vivido, generan filtros que le dan forma a la manera en la que cada uno observa la realidad.

 

Esto hace que la gente, aunque experimente una misma situación (familiar, laboral, socioeconómica…) la viva subjetivamente de forma distinta, lo que significa que somos observadores diferentes de una misma realidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

PROPÓSITO 

 

Observar con apertura y honestidad el observador que es cada quién en la cotidianidad de la gestión, para hacer consciente aquello que le gustaría conservar y, especialmente, lo que hay que cambiar en materia de liderazgo.

 

 

 

 

¿Quién es el observador?

 

En la mente no llevamos la realidad instalada, sino imágenes, supuestos, creencias e historias que los filósofos han denominado "modelos mentales", "mapas mentales" o "paradigmas". Estos no solo determinan la forma de interpretar el mundo, sino la manera de sentir y el modo de actuar. A estos modelos también se les denomina “el observador”.

 

El observador es un individuo en particular, que percibe la realidad y la interpreta de acuerdo con su modelo mental. Por lo tanto si cambiamos los modelos de pensamiento (creencias, supuestos, estados de ánimo…), hay un cambio en el observador que somos.

 

 

 

 

La imagen que se presenta a continuación la usamos como metáfora para ilustrar el concepto del observador que somos de cara a las realidades con las que interactuamos.

 

Al igual que en la metáfora del pollito, nosotros observamos las realidades según nuestro marco de referencia. Por lo tanto, lo que observamos es netamente subjetivo, porque OBSERVAR es igual a VER + INTERPRETAR.

 

Los modelos mentales, de acuerdo con Peter Senge, son supuestos profundamente arraigados, generalizaciones, imágenes o historias que determinan la manera cómo entendemos las realidades y cómo actuamos en ellas. Estos se van construyendo a lo largo de la vida a partir de la historia y prácticas personales, familiares, organizacionales y socioculturales.

 

 


 

 

 

 

 

 

 

CUATRO CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DE LOS MODELOS MENTALES 

 

Están conformados por suposiciones y creencias acerca de cómo funciona el mundo y las razones de su funcionamiento.

Han variado a lo largo de la evolución histórica de la humanidad y también van cambiando a medida que el ser humano se desarrolla.

Se encuentran en un nivel inconsciente, pero pueden ser examinados y reformulados, mediante procesos reflexivos.

Sirven de filtro para seleccionar o rechazar la información e incluyen limitaciones perceptivas que producen deformaciones constantes de lo que vemos.

 

 

 

En la siguiente presentación encontrarás una serie de ejemplos relacionados con los filtros de percepción que son propios del observador que somos. 

 

 

 

 

 

 

En el ámbito de la seguridad la salud, la calidad y el cuidado ambiental, los modelos mentales determinan la manera como percibimos los riesgos y las creencias que tenemos acerca del cuidado propio y mutuo. Con base en estas percepciones tomamos decisiones que pueden favorecer o no los objetivos de los sistemas de gestión. Poder observar y comprender el observador que está detrás de nuestras actuaciones es una habilidad que hay que desarrollar, si queremos liderar de una manera más consciente y responsable, y disminuir de forma considerable el error humano (propio y de otros).

 

 

Como se dieron cuenta en los anteriores ejercicios, los modelos mentales hacen “abstracciones” de lo observado, sustituyen muchos detalles por conceptos simples y luego se razona según esos conceptos. Es decir, la mente consciente está mal equipada para afrontar gran cantidad de detalles concretos. Nuestra mente solo puede concentrarse en un número limitado de variables. Si bien es cierto está habilidad es de gran utilidad en la cotidianidad de la gestión,  puede ser el origen de un sinnúmero de eventos indeseados que ocurren cuando los contextos son cambiantes y no estamos presentes en la tarea. De ahí la importancia de analizar las condiciones del contexto antes de hacer cada tarea, especialmente las de alto riesgo, y reflexionar sobre la mejor manera de intervenirlas. 

 

 

MODELOS MENTALES COLECTIVOS 

 

Así como existen modelos mentales individuales que nos diferencian de un colectivo, también hay modelos mentales que ese colectivo comparte (trátese de una familia, organización, región o país) y le dan forma a la cultura que lo caracteriza. Dicha cultura tiene una manera particular de interpretar las realidades y, por lo tanto, es un referente para evaluar lo que está bien o está mal, lo que es seguro o inseguro u optar por una solución y no por otra… En las organizaciones estos referentes o supuestos compartidos, por lo general, están consignados en políticas y estándares, los cuales contribuyen a darle sentido a la gestión y a tomar decisiones de forma más rápida. No obstante, también deben ser revisados a la luz de los cambios y demandas del entorno.

 

Pero ¿qué pasa si lo que está estandarizado no es compartido por la mayoría de la gente? En este caso lo más seguro es que una cosa sea la que dicen los procedimientos y otra muy diferente lo que se aplica. Por esta razón, los comportamientos tienen unos condicionantes ocultos: los modelos mentales individuales (conciencia individual) y los modelos mentales colectivos (conciencia colectiva), propios de la cultura donde operamos. Para acceder a los primeros es necesario conversar de una forma diferente con el otro para que sea honesto con lo que dice y hacerle preguntas que lo hagan pensar y reflexionar. Pero si queremos influenciar los segundos, los condicionantes culturales, se necesita que una masa crítica de líderes aprendan a auto-observarse y a relacionarse de una manera diferente consigo mismo y con todos los grupos de interés. Recuerden que una de las definiciones de cultura hace relación a la red de conversaciones que se dan desde la confianza o la desconfianza. Y quien tiene una incidencia directa en lo uno o lo otro es el líder. Los líderes son los que pueden influenciar positiva o negativamente la cultura de la que forman parte.

 

Cuando el equipo de líderes de una organización modifica su observador individual, se genera un nuevo observador colectivo, un nuevo conjunto de distinciones e interpretaciones compartidas que hacen que la cultura evolucione a otro nivel de conciencia. Como se recordará, esto es posible gracias a los aprendizajes de 2do y 3er orden. Es por medio de estos que podemos cambiar el observador, esa particular forma de ser. Los líderes que practican este tipo de aprendizaje son líderes capaces de transformarse a ellos mismos y a la realidad donde participan. Por supuesto que este tipo de aprendizaje no conlleva una transformación completa del individuo, porque en toda experiencia de aprendizaje lo que se conserva suele ser mayor que lo que se transforma. Y lo que se conserva son esos comportamientos que se asocian a valores fundamentales. Lo que sí sucede, en este tipo de procesos, es que en determinados dominios se produce una ruptura en la forma habitual de ser de ese individuo.

 

Tal ruptura se observa en la manera de interpretar los hechos, en las nuevas modalidades de acción, en el sentido que le otorga al trabajo y a su vida en general y, por supuesto, en el tipo de resultados que esa persona logra alcanzar.

 

 

 

 

El siguiente reto  te ayuda a darte cuenta de que manera los códigos culturales pueden distorsionar la realidad: después de ver la imagen debes decir el color y no la palabra. Para evitar que este código no te condicione en tu respuesta, debes centrarte y mantener el foco en tu objetivo. De lo contrario tu respuesta estará determinada por tu piloto automático, por lo que es habitual.

 

 

 

 

 

 

Reflexiona sobre las siguientes

7|1

preguntas :

 

¿Con qué frecuencia estás tomando decisiones con el piloto automático encendido?

 

¿Cuáles serían las consecuencias de esas decisiones?

 

¿Cuál es el beneficio de estar en el aquí y en el ahora, centrado en tu objetivo, antes de tomar la decisión?

 

 

 

 

 

LAS DISTINCIONES 

 

Los seres humanos compartimos un conjunto de interpretaciones, códigos y reglas que son propias del contexto histórico en el que nacimos. Además, como antes se dijo, vamos construyendo una manera de observar diferente según sea la cultura en la que fuimos educados, la familia en la que crecimos, la profesión que elegimos, y las propias experiencias de vida.

 

Todos estos factores hacen que frente a una misma realidad varios individuos tengan distinciones e interpretaciones diferentes, así reciban los mismos datos sensoriales básicos. 

 

 

 

Esto también ocurre con observadores presuntamente “objetivos”, como los científicos. Al respecto Einstein escribió: “durante años los físicos realizaron experimentos que contradecían la física clásica, pero nadie “observaba” los datos que estos experimentos suministraron y que más adelante condujeron a teorías revolucionarias como la mecánica cuántica y la relatividad. La cuestión es que no podían observarlos porque no los distinguían, y para lograrlo necesitaban salir de la caja de los modelos mentales.

 

CUATRO ASPECTOS ASOCIADOS A LAS DISTINCIONES

 

  • Un acto de distinción separa un objeto, fenómeno o cosa como algo distinto de un fondo (ejemplo: si recién compramos un carro de una marca X, es inevitable que los vehículos de esa marca resalten del resto (separamos el objeto de nuestra atención del fondo).

  • Es a través de asimilar las distinciones como construimos nuestra interpretación del mundo. (ejemplo: en el siglo XVIII, a pesar de existir el microscopio, los científicos no lograban distinguir que esos bichos alargados (hoy “microbios”) fueran agentes químicos y también agentes infecciosos. Por lo tanto, las explicaciones que daban a los productos que se agriaban y a las enfermedades infecciosas eran muy diferentes a las actuales.

  • Toda especialidad es un espacio de distinciones. Ejemplo 1: un mecánico puede distinguir una avería por el tipo de ruido del motor. Para el conductor corriente es solo un ruido. Ejemplo 2: Cuando aprendemos un nuevo concepto propio de una especialidad, empezamos a escuchar ese concepto en las conversaciones.

  • Las distinciones una vez incorporadas pasan a formar parte de la cultura y de lo que es obvio para el individuo o la organización. Por Ejemplo en algunas empresas todos saben a que se refiere la sigla HSEQ sin embargo podrian no comprender o pasar desapercibida la sigla MASSQ (Medio Ambiente, Seguridad, Salud y Calidad)  la cual es utilizada en otras empresas.

 

A continuación, encontrarás un cuento que te ayudará a comprender el concepto de las distinciones.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para profundizar en el concepto de distinción te proponemos leer un artículo, titulado “El observador y las distinciones”, el cual encontrarás para descargar en la actividad del Módulo.

 

 

 

CONCLUSIÓN

 

Los modelos mentales son un conjunto de ideas y creencias, profundamente arraigados en todo ser humano, que determinan la manera como se interpreta al mundo y a sí mismo. Gracias a estos modelos le podemos dar sentido a las circunstancias y también podemos operar en la cotidianidad de forma automática, pero si no los revisamos constantemente nos pueden crear la ilusión de que el mundo es como nosotros lo percibimos y que los métodos que fueron útiles en el pasado también seguirán siendo útiles en el futuro. 

 

“los modelos mentales son como el aire: fundamentales para vivir e invisibles, tan invisibles que desaparecen de la conciencia”. Fred Kofman

 

El problema con los modelos mentales no radica en que sean subjetivos y existan por debajo del nivel de conciencia. El problema surge cuando dichos modelos no son examinados y reformulados. Hoy se hace cada vez más necesario desarrollar la capacidad de ser un buen observador de nuestra propia manera de observar; lo que significa salir del piloto automático y abrir espacios de cuestionamiento y reflexión, tanto en el dominio individual como en el colectivo.

 

Saber que somos observadores diferentes de la realidad, habilita una ética de la convivencia basada en la confianza, el respeto mutuo y el aprendizaje con otros.

 

 

 

 

 

ACTIVIDAD 1.  El observador que somos 

Te  invitamos a desarrollar la actividad 1. 

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