LECCIÓN 1. VIVIMOS EN MUNDOS INTERPRETATIVOS

 

 

LECCIÓN 1
VIVIMOS EN MUNDOS INTERPRETATIVOS

 

La presente lección nos introduce al mundo de los constructos mentales, los cuales son opiniones mayoritariamente aceptadas por la cultura en la que crecimos, pero que también se pueden cambiar, re articular o expandirse, si son revisadas a conciencia.

Aceptar que vivimos en mundos interpretativos pone en cuestión el modo como hemos pensado tradicionalmente el concepto de verdad.

La cultura previa a Colón vivió bajo la certeza de la planitud de la tierra; el mundo medieval vivió pensando que la tierra era el centro del universo; los griegos vivieron creyendo que el mundo se regía por la voluntad y deseo de los dioses. Hace unos siglos atrás, los médicos pensaban que las enfermedades estaban en la sangre… Cada una de estas “verdades”, generaba narrativas, emociones y acciones diferentes. 

Si dejamos de lado el criterio tradicional de verdad, entonces ¿qué criterio usar para evaluar o decidir entre diversas interpretaciones? Mas adelante encontrarás la respuesta. Por ahora se dirá que la cultura en sí misma es evolución y flujo constante. Así como el agua hay que dejarla que fluya y evolucione. Cuando se estanca, al igual que el agua, puede ser tóxica. Hay que apreciar y comprender nuestra cultura, pero también dejarla fluir.

 

 

 

LA SUBJETIVIDAD DE LAS EXPLICACIONES 

 

Muchas veces se piensa que una explicación es una verdad objetiva. Pero la explicación es una interpretación, la respuesta de un observador particular cuando se enfrenta a una experiencia o a una situación determinada. En el ejemplo que se muestra en el dibujo, la percepción cambia según desde donde se observe.

 

Durante las interacciones con frecuencia creemos que lo que interpretamos es “la verdad”, un reflejo objetivo de la realidad. Esta ilusión es causa de enormes sufrimientos y poca efectividad en la gestión. Como dice Kofman “la pretensión arrogante de considerarse el dueño de la verdad es la principal barrera a la comunicación respetuosa y a la interacción efectiva”.  Cuando abrimos nuestro pensamiento a la mirada del otro es necesaria una cuota de humildad.

 

 

 

NO HAY TEXTO SIN CONTEXTO  

A continuación encontrarás una historia, para que reflexiones sobre la importancia que tiene el contexto, para darle significado al texto. 

 

 

 

 

 

Los paradigmas o modelos mentales son como mapas. Todos sabemos que “el mapa no es el territorio”. Un mapa es sólo una explicación de ciertos aspectos de un territorio. Y a la inversa: una explicación es uno de los muchos mapas que existen. No se podría decir cuál mapa es mejor sin conocer el contexto de aplicación. Si piensa navegar, el hidográfico le será más útil, pero si piensa escalar, el topográfico será el mejor. Hoy contamos con el Sistema de Posicionamiento Global (GPS por sus siglas en inglés) que es de gran utilidad si no sabemos cómo dirigirnos al lugar de destino.

 

Un número cualquiera como, por ejemplo, 5´750.000, no significa mucho en sí mismo. Pero adquiere significado para alguien que recibe esa suma mensualmente en la cuenta del banco. Sin embargo, el significado será diferente si esa suma aparece en las cuentas por pagar de una persona, o en un censo de población. En estas situaciones el número sigue siendo el mismo, pero el contexto, en el cual adquiere sentido, es radicalmente distinto. El contexto influye de forma importante en lo que interpretamos y el significado que damos.

 

Se pueden distinguir dos tipos de contextos: el contexto cultural (modelos mentales colectivos) y el contexto mental (modelos mentales individuales). El contexto cultural es el mundo de las interpretaciones, creencias y prácticas aceptadas, y compartidas que tienen que ver con la situación que se está observando. El contexto mental es el conjunto de creencias, supuestos, juicios, reglas de razonamiento, etc., que llevan a un individuo a hacer una determinada interpretación de lo observado. Si se toma nuevamente el ejemplo del número como salario, el contexto cultural corresponde a lo que se considera justo y está alineado con los valores de la organización. En el contexto mental de un individuo, ese número podría tener un significado muy diferente, según sea la satisfacción que dicho individuo tenga con su tarea, la carga percibida de trabajo, las responsabilidades, etc.

 

En la actividad empresarial, un pedido como, por ejemplo, “pásame los indicadores de accidentalidad lo antes posible”, se le da diferente sentido si quién lo solicita es el jefe, un colega, el presidente del sindicato o el presidente de la compañía. Las palabras son las mismas, pero el contexto y, por lo tanto, el sentido que le damos es radicalmente diferente. No hay un significado que sea correcto fuera de un contexto específico. 

 

En los mundos interpretativos que vivimos se podría decir que nada es verdad, nada es mentira, todo depende del punto de vista con el que se mira y del contexto en el que se opera. 

 

 

 

 

 

A continuación, te invitamos a realizar el siguiente ejercicio de autobservación y de esta forma descubre tus propios aprendizajes. Responde el formulario y  recuerda accionar el botón de  enviar.